SINTESIS
CRONOLOGICA DE LA VIDA DE URSULA CÉSPEDES ORELLANO
AÑO
DE 1832
El 21 de octubre de 1832 nace la excelsa poetisa Ursula
Céspedes Orellano, hermana de nuestra bisabuela Antonia
Céspedes Orellano, en la Hacienda La
Soledad", muy cercana a Bayamo, en la Isla de Cuba.
Tanto nuestra bisabuela Antonia como Ursula
fueron hijas de Don Manuel Céspedes y Barrero y de Doña
Bárbara Orellano, quienes por lo tanto serían nuestros
tatarabuelos.
Don Manuel hombre de excelente posición
económica y dueño de grandes extensiones de terreno,
aparentemente para la cría de ganado, era el propietario
de la Hacienda de La Soledad, aunque debo de
mencionar que en la escritura de División de Bienes de
Don Manuel, que se firmo en 1883, no se hace mención a
dicho nombre y por el contrario a su esposa Doña
Bárbara se le adjudica la Hacienda Potrero
Guajacabito con todas sus estancias, la casa en
Bayamo ubicada en la Calle de la Mendoza No. 1, la
estancia de La Cañada en El Dátil, la
Estancia de Yamagual y la Hacienda de
Gutiérrez. El resto de los hijos y los herederos
reciben otras propiedades y ganado, pero en ningún caso
aparece el nombre de La Soledad.
Don Manuel y Doña Bárbara tuvieron muchos
hijos, en total nueve, de los cuales el mayor fue José
María Céspedes Orellano, destacado Jurisconsulto que
escribió varios libros y que nació en el año de 1829.
Por esta razón y de acuerdo a las costumbres de la
época, significaría que sus padres se habrían casado
alrededor de 1827 o 1828.
Sabemos entonces que Ursula era tres años menor
que José María, pero como la bisabuela Antonia nació
en 1846, es muy posible que haya sido la menor pues
habría sido 17 años menor que José María y 14 años
menor que Ursula. Nota: Este dato se obtuvo sobre la base
de la referencia que se hace en el acta de nacimiento del
tío Alfredo, quién nació en 1904, en donde se expresa
que Antonia Céspedes era su abuela, que era viuda de 58
años y que vivía en Cuba.
Los demás hermanos, sin conocer sus fechas de
nacimiento, fueron otros 3 varones, Manuel, Leonardo y
Miguel aparentemente todos ellos fallecidos en la Guerra
de Independencia y tres mujeres Digna Teresa, Gertrudis y
Francisca Dolores, esta última falleció también a
temprana edad en la casa que la tatarabuela Bárbara tuvo
en Camagüey, como veremos después.
Don Manuel Céspedes y Barrero murió en el
mismo año de 1868 en que Carlos Manuel de Céspedes se
levantó en armas en el Ingenio de La
Demajagua en Manzanillo, visiblemente afectado por
la pérdida de todas sus propiedades que fueron
incendiadas y confiscados sus bienes por el gobierno
español.
Después de esta breve introducción ya podemos
saber un poco más de la increíble Ursula.
AÑO
DE 1835
José María inicia sus estudios de primaria en el
Convento de Sto. Domingo
AÑO
DE 1840
Ursula realiza sus estudios en su propia casa con la
ayuda de profesores especiales que le impartían los
conocimientos básicos de educación primaria, idiomas
como el francés, labores manuales y música. Contó
además con el apoyo educativo que siempre le brindó su
hermano José María, facilitándole libros entre ellos
una colección de Autores Españoles publicada por
Rivadeneira que le obsequió y seleccionando para ella
las obras que consideraba adecuadas para su lectura.
La guitarra fue la
más fiel compañera de Ursula, acompañándola en sus
soledades de juventud entre bellos bosques, riachuelos y
cantos de aves, tal cual los describe en sus inspiradas
poesías
AÑO
DE 1842
José María termina sus estudios de Humanidades y
obtiene el título de Bachiller en Artes en la Real
Universidad de La
Habana.
AÑO
DE 1845
La poetisa Ursula comienza a escribir, un soneto a Jesús
Crucificado y unas octavas a La Luna y serventesios
a La Muerte, a los 13 años de edad y sus trabajos fueron
publicados por dos periódicos de Santiago de Cuba,
El Redactor y Semanario Cubano.
Tiempo después sus obras fueron publicadas en el diario
La Prensa que se publicaba en La Habana.
Carlos Manuel de Céspedes le escoge el
seudónimo de "La Calandria" y ella lo cambia
más tarde por el de "La Serrana".
AÑO
DE 1846
Nace en Bayamo precisamente en el callejón de La Mendoza
No. 1, la bisabuela Antonia Céspedes Orellano,
hermana de Ursula y José María Céspedes Orellano y con
parentesco, aunque lejano, con la familia de Carlos
Manuel de Céspedes.
AÑO
DE 1848
De las primeras poesías que Ursula escribe a los 16
años, aparece la denominada "El Arroyo".
AÑO
DE 1850
José María estudia en Madrid la carrera de Leyes y
obtiene título de Bachiller.
AÑO DE 1851
De gran sensibilidad, como ya expresé Ursula domina el
arte de la guitarra desde niña y en 1851 a los 19 años
escribe un poema alusivo, denominado "A mi
Guitarra".
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A M
I G U I T A R R A.
Dulce encanto del alma, tú eres sola
la compañera de mis tristes penas;
tu acompañas mi voz, tierno bien mío,
cuando yo canto.
Tú eres mi amor, mi dicha y mi esperanza;
solo en ti encuentro una ilusión ardiente,
y siempre sueño, cuando estoy dormida,
que estoy
cantando.
Si en otros brazos te contemplo triste,
siento que el alma se desgarra y llora,
porque conozco dulce lira mía,
que estás gimiendo.
¡Oh! Nunca, nunca permitid amiga
que recorran tus cuerdas otras manos;
yo sola quiero sostener tu mástil
entre mis brazos.
Tu gimes lira, cuando yo suspiro,
melancólicamente entre mis dedos,
y parece que gozas cuando alcanzo
algún contento.
Tú eres alegre y bulliciosa a veces,
otras tú son es lúgubre gemido,
luego parece que entusiasta expresas
dichas de amor.
Ya es tu sonido dulce y melancólico,
ora furioso, irresistible y fuerte,
amargo y triste cuando a mi alma roe
dolor
profundo.
¡Ah! Nunca debo permitir, bien mío,
que otros tus tonos deliciosos vibren;
mis dedos sólo tus divinas cuerdas
recorrerán.
Bayamo, 1851
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AÑO DE 1852
Por mala salud, José María regresa de Madrid a La
Habana y estudia el sexto año de Leyes para obtener la
Licenciatura en Derecho.
AÑO
DE 1853
José María abre su Bufete de Abogado en Bayamo, pero
decide trasladarse después a Villaclara.
AÑO
DE 1854
Ursula pasa varios meses en la casa de su hermano José
María en Villaclara. Allí Ursula conoce al joven
maestro y periodista Ginés Escanaverino de Linares
quién prendado de su belleza decide cambiar su
residencia, para estar mas cerca de ella.
AÑO
DE 1855
Ginés se establece en Manzanillo y funda el periódico
"El Comercio", en unión de Bartolomé Masó.
Manzanillo que es un puerto, se encuentra relativamente
cerca de Bayamo y había una comunicación fluvial a
través del Río Cauto.
José María recibe la investidura de Doctor y
ejerce su carrera en Colón, lugar donde ostenta el cargo
de Síndico y Teniente de Alcalde del Concejo Municipal.
La literatura en la Isla, servía por entonces
como un medio de expresar el sentimiento de cubanía que
identificaba al pueblo. En ese año aparecen los Cantos
del Siboney de Don José Fornaris, gran amigo de Carlos
Manuel de Céspedes. El formato de estos Cantos está
escrito en verso, y como tuvo tanta demanda se publicaron
5 ediciones de ellos.
Los versos se declamaban en las reuniones
caseras, en las fiestas populares y en las peleas de
gallos, propagándose un sentimiento de amor por lo
propio, por lo cubano.
Es evidente que todo este ambiente debe de haber
influido en los trabajos literarios de Ursula.
Las poesías de ella son el reflejo de su propia
vida y del amor que sentía por su propia tierra, por el
bello sitio donde había nacido y por todo aquello que le
recordara su infancia entre palmeras y flores.
Enseguida aparecen unos fragmentos de su poesía
dedicada Al Campo:
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A L C A
M P O.
Yo he nacido en el campo, y fue mi cuna
de verdes ramas y laurel tejida,
y fue mi alma infantil, sin pena alguna,
el canto de las aves adormida.
Un plácido arroyuelo, un verde prado,
donde en las tardes del abril florido,
tranquilo pace el bienhechor ganado,
lanzando de placer recio bramido.
Hallé un mundo, a mis ojos extendido,
de arroyos de frescura y de verdores;
y nací, oyendo el mágico
zumbido
de abejas, cañas, céfiros y flores.
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AÑO DE 1856
Finalmente Ginés de Escanaverino decide trasladarse a la
ciudad de Bayamo y allí funda el primer periódico de
dicha ciudad, en el cual colabora Ursula con sus
poesías, dicho diario llevó el nombre de "La
Regeneración". Ursula escribe su poesía
"El Amor de la Serrana"AÑO
DE 1857
Ursula se casa con Ginés de Escanaverino y decide
dedicarse al magisterio a los 25 años de edad. Se somete
a dos exámenes, para obtener el título de Maestra de
Primaria y después fundan en Bayamo la Academia de
Santa. Ursula, para niñas y señoritas, primer Colegio
de su tipo en esa ciudad. En ese año escribe su poesía
"La Serrana y el Veguero".
Como Ursula le llevaba 14 años de edad, a la
bisabuela Antonia tendría por entonces 11 años de edad.
AÑO
DE 1858
Ursula basa la disciplina del plantel que fundaron en el
cariño y respeto entre profesores y alumnos y en vez de
ser la maestra adusta y autoritaria tan común del siglo
XIX se convierte en buena amiga y consejera de sus
discípulas. Ella decía: "Lo importante no es lo
que se aprende, sino la preparación espiritual para
comprender las bellezas del bien, del arte y de la
naturaleza".
Ursula se adelantaba desde un rincón de la
Isla, a lo que desde las capitales de Europa se
aconsejaría después como normas eficaces del proceso de
la educación primaria. Una de sus más excelsas virtudes
siempre fue la caridad, la cual siempre inculcó entre
sus alumnas, que en general eran de clase acomodada.
Ursula escribe la poesía "A mi
Esposo" y "Los Negros del Palenque"
AÑO
DE 1859
Nace la primera hija de Ursula y lleva el nombre de
Luisa. Ursula escribe su poesía "La Muerte de una
Tórtola"
AÑO
DE 1860
Muy de acuerdo al pensamiento de Carlos Manuel
de Céspedes, Ursula sigue escribiendo poemas y
decide editar su primer Libro. Recurre a la experiencia
de su tío lejano y le pide que escriba el Prólogo de
ese que fue su primer libro, Ecos de la Selva.
Véanse los comentarios al respecto en la
biografía de Carlos Manuel de Céspedes.
En ese año, escribe "El Tiempo",
"Horas de Soledad", "La Calle",
"La Casita Sola" y "Esta Dormida",
esta última en la corona fúnebre de una de sus
discípulas.
José María su hermano, se traslada de Colón a
la ciudad de La
Habana
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H O R A S D E S O L E D A
D. Bajo un álamo
frondoso,
salta alegre el
corderillo,
en cuyas sonantes hojas
canta
el pastor dulces
trovas,
retoza alegre la brisa
repiten himnos los
ecos
y se anidan las palomas,
y se arrullan las
palomas.
mientras proyecta en el
prado
Es que sale a la
campiña
su desmelenada sombra,
con sus trajes y sus joyas,
recostada entre las flores,
juguetona y coquetuela,
reflexiva y perezosa,
como
una linda manola,
soñolientas y pesadas
porque
ella también se muestra
dejo resbalar las horas.
casquivana y
caprichosa,
Aquí sin ver divagando
y la
soledad del hombre
la sociedad caprichosa
puebla
con diversas formas;
con variados atavíos
y visiones
ya esplendentes,
y con diferentes formas:
ya tristes y gemidoras.
harapienta en el mendigo;
acongojada y llorosa,
Soledad, yo te saludo
risueña y pura en la joven;
con expresión
afectuosa,
en el viejo, escrutadora;
cuando paso en tus dominios
insolente, en la ramera;
mis melancólicas horas,
en el niño, candorosa;
y
de tu dulce tristeza
serena, en el hombre
honrado;
mi joven
alma rebosa.
y estúpida en el idiota.
Aquí nada necesito
Aquí, apartada del mundo,
porque de todo me
sobra;
aquí enteramente sola,
que el bien
y el mal la natura
con mi corazón ardiente
de las sociedades copia.
y mi vista observadora;
Aquí no tengo adalides
abismada en reflexiones,
que la
campaña abandonan
dejo resbalar las horas.
y van
a ocultar su miedo
entre sayales y tocas.
Con sus diversos paisajes,
Aquí no tengo coquetas
la naturaleza toda
descaradas y burlonas,
me acompaña en mis
deliquios
calaveras de cien años
y mi análisis provoca;
ni fementidas
esposas;
también ella algunas veces,
pero tengo negros buitres
es caduca y caprichosa;
que arrebatan las palomas
ya salta de peña en peña
y
reptiles que se esconden
con la cascada sonora,
con sus lenguas venenosas
ya se explaya con las aves
entre las rosas de mayo,
en acompasadas notas,
del geranio y la amapola.
ya gime por los collados,
Aquí no tengo
familias
ya susurra entre las hojas
que por la tarde se postran,
de los céfiros errantes
y alzando las
manos juntas,
en las alas tenebrosas.
sagrados cantos entonan!
Si por entre ramas verdes,
Aquí no tengo bellezas
en apresurada tropa,
de
frentes puras y hermosas,
se precipitan las nubes,
generosos
caballeros,
las unas tras las otras,
castas
y nobles matronas;
y a la luz del sol de
Oriente,
pero tengo tiernas
aves
que entre celajes asoma,
que cuando el sol se evapora,
como diamantes perdidos
con melancólicos trinos
descienden algunas gotas.
los
hondos valles asorda;
Los nublados se suceden,
mientras
repliegan las flores
el viento de tierra sopla
sus agostadas corolas,
y los árboles inclinan
y tengo mansas corderas,
sus desordenadas copas.
sufridas y
cariñosas,
Es porque a la luz del día
y
generosos
bridones
cuando apenas Febo asoma,
que
nunca el campo
abandonan;
como una niña mimada
por
eso yo te saludo
oculta la frente y llora;
soledad
arrobadora;
y si murmuran acordes
y de
tu dulce tristeza
entre jazmines y violas
mi joven alma
rebosa.
las corrientes cristalinas
cuando en tus vastos
dominios
de alguna cascada ignota,
dejo resbalar
las horas.
y los campos se engalanan
con flores blancas y rojas,
Bayamo, 1860
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AÑO DE 1861
Ursula publica su primer libro denominado "Ecos de
la Selva, de 182 páginas impreso en Santiago de
Cuba y Carlos Manuel de Céspedes le escribe el prólogo.
AÑO DE
1862
Nace su segundo hijo Andrés Pablo, también en Bayamo.
Ursula escribe su poema "El Sordo"
José María
es ya catedrático en la Facultad de Derecho de La
Habana, publicando para sus alumnos la obra
"Elementos Teórico-Prácticos de Procedimientos
Civiles con Aplicación a la Isla de Cuba.
AÑO
DE 1863
Ursula escribe en Bayamo su poema
"Meditaciones".
José María Colabora en Colón, Villa Clara y
Guanabacoa en los periódicos titulados Progreso, y funda
el periódico La Idea, sobre Instrucción Pública.
AÑO DE 1865
La salud de Ursula decae y los vientos de rebelión
cargan de peligro la vida de los que llevan el apellido
Céspedes, deciden quitar la Academia y dejar Bayamo.
Ursula y Ginés, se trasladan con sus hijos
Luisa y Andrés Pablo a La Habana.
Ginés obtiene por oposición, el cargo de
Director de la Escuela Superior para Varones, Ursula
escribe en La Habana sus poemas "El Cementerio de La
Habana", "¿Qué Soy?, ¿De donde Vengo?, ¿A
donde Voy?", "Mi Pensamiento" y
"Presentimientos".
Por este año, o un poco antes, deben haber
contraído matrimonio la bisabuela Antonia Céspedes
Orellano con Don Luis Betancourt, originario de Puerto
Príncipe, hoy Camagüey, pero no tenemos datos a la
fecha. La bisabuela tenía entonces 19 años de edad.
AÑO
DE 1866
El 20 de septiembre, nace en Bayamo la abuela Delfina
Betancourt Céspedes, la bisabuela Antonia
tendría 20 años de
edad.
Luisa la hija de Ursula tiene para entonces 6
años de edad y su hijo Andrés Pablo 4 años.
Ursula escribe en La Habana sus poemas "Mi
Alma" y "Consejos de un Guajiro".
AÑO
DE 1867
Ursula escribe "Obras de Misericordia" y "Adelaida
Ristori".
AÑO
DE 1868
La guerra repercute en la familia, Don Manuel de
Céspedes y Barrero (nuestro tatarabuelo) es sorprendido,
vejado y encarcelado, su casa de Bayamo
es incendiada y confiscados todos sus bienes y destruidas
las cosechas. Tanta saña, humillación y maltrato,
dieron al traste con su vida y muere en Bayamo en ese
mismo año.
Todo esto ocurre a finales del año de 1868,
pues el levantamiento de La Demajagua fue en el mes de
octubre.
A esta pena infinita, agregaba Ursula la pérdida
de varios hermanos y parientes que se habían unido al
ejercito libertador, además de la muerte de una de sus
hermanas llamada Francisca Dolores. Los hermanos muertos
en la guerra habrían sido Manuel, Leonardo y Miguel
Céspedes Orellano, pero no tengo mas datos de ellos a la
fecha.
En medio de aquella tragedia, nace el tercero de
sus hijos llamado Antonio y se trasladan a la casa de su
madre, (la tatarabuela) Doña Bárbara Orellano,
ahora viuda, y que había cambiado su residencia de
Bayamo a San Cristóbal, cerca de Cienfuegos. Allí
escribe Ursula su poema "A mi Madre".
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A
M I M A D R E.
Madre mía; tu fuiste desgraciada;
en tu pálida sien de blanco lirio,
dulce emblema de amor, jamás ornada,
aún se mira la huella ensangrentada
que imprimió la corona del martirio.
Tú que el pan de los pobres conseguiste
mojado en tu sudor y amargo llanto,
en el mísero hogar donde naciste,
nunca, madre, infeliz, nunca pudiste
alzar de paz y de ventura un canto.
Eras hermosa, como dicen que era
en el lugar de Nazaret, María,
y tu fresca y lozana primavera
cubrió de soledad una ribera
bajo su niebla silenciosa y fría.
Has sido aborrecida y calumniada
por los que vieron mejorar tu suerte,
y tú, dulce, paciente y resignada,
ni contra el débil te volviste airada
ni tu voz levantaste contra el fuerte.
Ya por fin, tu cabeza atormentada
refrescaba la nieve del invierno,
y al descansar la angelical mirada
en tu familia próvida y honrada
latió feliz tu corazón materno.
Mas, no bastaba aún si en otras veces
el cáliz del dolor habías probado
sin que nunca el destino maldijeses;
aún faltaba apurarlo hasta las heces
para arrojarlo al fin despedazado.
¿En donde están tus hijos? ¿A qué puerto
han llevado su mísera barquilla?
Unos viven, tal vez, otros han muerto;
el hogar de mi padre está desierto,
y una lágrima eterna es tu mejilla
Pues bien, mansa mujer, tú a quién impía
estrechó la desgracia entre sus brazos
sin jamás blasfemar en tu agonía,
ven y dame un consuelo, madre mía,
yo tengo el corazón hecho pedazos.
La historia que llorando referiste
a la luz del hogar, y a la memoria
de tus hijos, confiar solo quisiste
temerosa del mundo, no es tan triste
como un solo episodio de mi historia
Yo que sólo del mundo a la grandeza
mi parte de aire y luz he reclamado,
un lugar medio oculto en mi maleza,
un árbol donde apoye mi cabeza
y un pedazo de cielo sonrosado.
¡Ay!, todo lo perdí, no tengo nada;
cenizas por doquier de lo que ha sido
sólo encuentra mi vista fatigada;
la llama de mi pecho derramada
todo en redor de mí lo ha consumido.
Ven y estréchame más, tu blando seno
me da valor para sufrir mi suerte;
yo quisiera dormir! Si el ronco trueno
sigue bramando de furores lleno,
pídele al cielo que jamás despierte.
Ursula Céspedes de Escanaverino
San Cristóbal, 1868
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Compárese el fervor patrio que
embargaba por esos días el alma de Carlos Manuel de
Céspedes, con la tristeza que demuestra Ursula Céspedes
por la pérdida de sus hermanos levantados en armas para
apoyar la justa causa de la rebelión y por el dolor tan
terrible que tuvo que sufrir su madre al quedar viuda
como consecuencia de lo mismo y por si fuera poco perder
todos sus bienes convertidos a cenizas por las llamas. La
propia pena de Ursula no era menor que la de su madre,
pues la enfermedad que padecía lentamente y sin remedio
la iba consumiendo. AÑO
DE 1870
Ursula escribe en San Cristóbal su poema
"Desaliento", clara muestra de sus más
íntimos pesares, por la muerte de muchos de sus seres
queridos y en especial de su padre, arrollados por la
guerra de independencia, pero además supongo yo, por la
triste enfermedad que paso a paso, lentamente la iba
conduciendo al final de su vida.
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D
E S A L I E
N T O
¿Habrá en el
lenguaje humano
Esas
almas tenebrosas
frase bastante elocuente
bajo
cuya sombra inerte
para expresar eso amargo
hay
tanta cabeza joven
que se prueba algunas veces?
que
se dobla y encanece;
Eso fúnebre que pinta
tantos ojos que no lloran,
de negros tintes lo verde;
pero en cuyo
fondo hierven
eso que en los horizontes
tristes
reverberaciones
haciendo sombra se cierne.
que se apagan o se encienden.
Eso que afloja las carnes
Helados
labios que nunca
y los nervios entumece,
frases violentas profieren,
eso que rueda en el alma
pero
en cuyos dos extremos
como una gota de nieve;
forma
el disgusto dos pliegues;
eso que enturbia los ojos,
corazones que no osaron
eso que arruga la frente,
latir mas o menos
fuerte,
y hace brotar en los labios
pero que sobre sí mismos
flébiles cantos de muerte?
se
van replegando y mueren.
¡Desaliento! Sí, yo creo
Ojos
sin luz que no miran
que ésta es la palabra
breve
cabezas que no se yerguen,
que en pocas modulaciones
brazos sin vigor que cuelgan
decir tantas cosas puede
mejillas que
palidecen...
¡Desaliento! ; bien me
acuerdo,
¡Desaliento! Eres Verdugo,
éste es el nombre que tiene
pero cobarde y aleve;
eso que pasa gimiendo
vas extrayendo la sangre
por los confines del éter;
lo
mas despacio que puedes
esa mano misteriosa
Bajo tu presión
horrible
que aún en medio del
banquete,
todo mi ser se desfallece...
a enterrar sus férreos
dedos
¡Desaliento! ¡Si pudieras
en nuestras entrañas viene.
matar instantáneamente!
San Cristóbal, 1870
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|
AÑO DE 1871
Ursula escribe su poesía "En la
muerte de mi Padre", conmemorando el tercer
aniversario de la muerte de su padre, en la que no pudo
estar presente.Es una sentida descripción del terrible
sufrimiento que vivieron.
|
E N
L A M U E R T E D E
M I P A D R E.
¿No me escuchas, señor?
y
después que me hubieras perdonado,
Cuando partiste
también
necesitaba, padre amado,
yo estaba lejos del paterno
suelo,
que a la hora de morir me bendijeras
y aunque me hallaba triste,
.
porque ha tres años que
dejé de verte,
ni la tierra ni el cielo
Mas
¡Ay! Señor, por lamentar los míos
impasibles y mudos, me
decían
me
olvidaba que hay sobre la tierra
que a tu frente adorada
descendían
infortunios tan grandes
las augustas tinieblas de la
muerte.
dolores tan vehementes y sombríos,
Cuando en la santa alcoba
cuyo estertor supremo
eternamente
del padre enfermo, los
amantes hijos
hierve en la
sombra y en el aire zumba,
van y vienen, cual sombras
presurosas,
que se deben
sentir aún mucho tiempo,
con los ojos inmóviles y
fijos
mas allá de los
bordes de la tumba.
en el doliente lecho,
puesto un dedo en los labios
Tu que oíste crujir entre las
llamas
y comprimiendo el anhelante
pecho;
el viejo techo del hogar querido;
tú
que viste con ojos desolado
Cuando al cerrarse los
cansados ojos
columnas de humo levantar la
brisa,
del venerable anciano,
en medio de tus bosques
incendiados;
todos se postran en redor de
hinojos
tus
mieses convertidas en ceniza,
y la trémula mano
y huyendo por el monte tus
ganados;
en alto se levanta, gira en
torno,
tú
que al dejar el
mundo,
derramando al ponerse en
cada frente,
no sabes si
hallará la viuda triste,
como fresco terral de
primavera,
el asilo y el pan que tu
perdiste...
la sacrosanta
bendición postrera.
Si
en todo esto has pensado
al sentir en tus párpados el
frío
Cuando es así, señor, el
llanto corre
y el temblor de la muerte ¡Oh padre
mío!
sin dejar escaldada la
mejilla;
has debido morir desesperado.
los labios entreabiertos
murmuran rezos sin sentir
temblores,
¿No me escuchas señor?
Yo siempre vivo
se dobla sin esfuerzo la
rodilla,
a
do se pone el sol; ¿Quieres que vuelva
los campos de dolor no
están desiertos,
a mi suelo natal, y triste
acuda
en las tumbas hay flores
a exhalar mi
sollozo
convulsivo
que el histérico llanto no
marchita,
en el
regazo de mi madre viuda?;
y tienen luz, en su
mansión, los muertos.
¿Quieres que vuelva, sí, y acompañada,
y ayudada por ella
Pero yo, padre mío, yo que
estaba
con los ojos
llorosos
donde se pone el sol, y que
la suerte
y el alma
destrozada
no quiso que salvara la
distancia
revuelva
los escombros calcinados,
que de ti me apartaba
y de tus plantas la
sagrada huella
y en tu lecho de muerte
busquemos en el polvo?
me sentara a llorar, ¿con
qué palabras
te diré mi dolor? ¡Oh! Yo
quería
Iré, señor; mi desgraciada madre
recoger con mis labios de tu
frente
me llama junto a ti; tal vez aún pueda
el helado sudor de la
agonía;
bajo las capas de ceniza ardiente,
besar tu mano trémula y
ardiente
indicarme el lugar donde mis ojos
cuando se alzara para asir
el aire
se abrieron a la luz; tal vez aún pueda
y apretara llorando entre la
mía.
entre tantos despojos
de nuestro bien perdido,
No quisiste esperarme, y yo
guardaba
la piedra del
hogar de mis abuelos
mil confidencias que pensaba
hacerte,
do me siente a llorar; tal vez conozca,
y en mi alma reservaba
aunque vuelto pavesa,
para el instante en que
pudiera verte;
el árbol secular de la familia;
tenía que hablarte de mis
tiernos hijos,
iré, señor, y
besarán mis hijos
de su pura inocencia,
el
lugar do se apoya tu cabeza.
y pedirle consejo a tu
experiencia
para poderlos guíar; y aún
mas que todo,
necesitaba yo que tu me
oyeras,
y pedirte perdón, porque he
dejado
Ursula Céspedes
de Escanaverino
mis natales riberas,
San Cristóbal,
1871
el huerto y el hogar de mis
abuelos,
|
|
AÑO DE 1873
Ursula escribe en San Cristóbal, "La
muerte del niño" y "La muerte de una
Madre" y en Regla, posiblemente muy enferma escribe
"La sombra de mis recuerdos"
y "El ángel de la Muerte". |
L A S O M B R A D E
M I S R E C U E R D O S.
¿Qué me quieres?, ¿por qué
vienes
a turbar mi pensamiento
que dormitaba tranquilo
bajo una capa de hielo?
¿Por qué vienes con tus
huestes
de alborotadores genios
a interrumpir el reposo
de mi corazón desierto?
¿Por qué vienes con tu
rostro
siempre apacible y risueño,
a comparar la de ahora
con mi vida de otro tiempo?
¿Por qué arrancas con las yemas
de tus sonrosados dedos
los que se han tornado
blancos
entre mis negros cabellos?
¿Quieres renovar latidos
en un corazón ya muerto?
¿Buscas risa en unos labios
descoloridos y secos?
¿Buscas ansias amorosas
y mundanos devaneos
en unos ojos marchitos
que se fijan en el cielo?
Pues bien, acércate y oye,
aunque rueden por el suelo
tus tiernas flores de mayo
bajo mis soplos de enero;
Aunque tus alas celestes
se plieguen con desaliento
al tocar la dura escarcha
de mi cansado cerebro.
Escucha: todas mis horas
resbalan en el silencio
arrulladas por la triste
monotonía de mis rezos
Ya no hay sonrisa en mis labios
y en mis ojos ya no hay fuego;
pero en aquellos hay quejas
y lágrimas siempre en éstos.
Mi frente yace doblada
bajo el formidable peso
de una amargura infinita
y de un infortunio inmenso....
Mas, ¿dónde está? Ya no existe
se ha ido desvaneciendo
como esas nubes ligeras
que se evaporan al viento;
¿Con que ella también me deja
sin escuchar mis acentos?.....
En verdad era tan triste
lo que le estaba diciendo.
¿Y quién es ella tampoco
para durar mucho tiempo?
La quimera del pasado
la sombra de mis recuerdos.
Ursula Céspedes Orellano de Escanaverino
Regla, 1873 (un año antes de su
muerte)
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E
L A N G E L D E
L A M U E R T E.
Pálido, triste, la sonrisa helada
los labios sin color,
indecisa y opaca la mirada
la palabra sin voz.
El cuerpo lacio, que dirige lento
el vacilante pie,
el cabello terroso, amarillento
y pegado a la sien;
así te veo venit, ángel que allegas
el postrimer adiós;
te paras ante mí, las alas plegas
y
miras en redor.
¿Lo ves?, yo no estoy sola, aquí a mi lado
hay tres flores de abril;
son mis hijos; si muero, infortunado
será su porvenir
Los he criado en mi seno; en mis rodillas
aprendieron a hablar,
y del más ternezuelo, en las mejillas
siempre mi labio está
Jamás tuvieron hambre, ni de frío
los han visto temblar,
que aquí estaba su seno junto al mío,
y era suyo mi pan.
Aún no saben sufrir, porque en llorando
les acaricio yo,
y sus labios sonríen semejando
la lluvia con el sol.
Si los dejo, me llaman y no puedo
a su voz contestar;
si me buscan, no me hallan, tendrán miedo,
rompería a llorar.
Un violento pesar el alma siente,
me duele el corazón
y al brotar, se congelan en mi frente
las gotas de sudor.
Nunca me he separado de esos seres
que nacieron de mí;
¿a qué, pues has venido?....¿qué me
quieres?...
¡yo no me puedo morir!
Regla, 1873
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Es evidente que se refiere a sus tres
pequeños hijos, Antonio de 5 años, Andrés Pablo
de 11 años y Luisa de 14 años. Ursula tenía entonces
apenas 41 años y su poema nos muestra que sentía rondar
el ángel de la muerte muy cerca de ella, siendo su mayor
preocupación la futura suerte de sus pequeños
hijos.
AÑO DE 1874
En ese año escribe uno de sus últimos poemas dedicado a
su hija Luisa, que se llama "El ángel". Luisa
apenas tenía 15 años, cuando muere su madre.
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E L A N G E L .
De lámpara funeraria
Sus labios frescos
y rojos
la tenue luz ilumina
sonríen como las
flores
con moribundo temblor
al primer rayo del sol;
las sombras de mi alcoba
solitaria,
y
abrasa la mirada de sus ojos,
y sábanas revueltas del
lecho de dolor.
si tiñe su mejilla el púdico arrebol.
Mi triste vida se exhala
El ángel es muy hermoso
en un perpetuo gemido
mas
lo bello del ángel
y con mortal ansiedad
reside en el corazón;
el alma presurosa bate el
ala
bendito fue el instante
venturoso
y asciende a la insondable y
augusta eternidad. en que ese
blanco lirio brotó de la Creación.
Mi sueño es un desvarío
¡Oh, mi
tierno ángel querido!
una agitación continua;
mi hija de quince
abriles,
pero siento al despertar,
botón que empieza a
entreabrir
en el fondo del alma tanto
frío,
y se dobla en el
tallo entristecido,
que lánguidos mis ojos se
vuelven a cerrar,
porque la planta madre dispónese a
morir.
Mas un rumor a mi lado
Morir he dicho, y
profundo
con grata sorpresa escucho,
implacable dolor
fiero,
cual dulce respiración
me desgarra el corazón;
vuelvo el rostro doliente y
fatigado,
morir cuando la
dejo en este mundo
y miro ante mis ojos
fantástica visión,
sin mas que su inocencia, sin
mas que su
candor
Es un ángel cuyas alas
Mas,
¿cómo podré ángel bello,
conservan de la inocencia
dejarte si no me dejas
aún el polvo virginal;
ni te
separas de mí;
ángel que deja las celestes
alas
si tus brazos se enlazan a mi
cuello
para llorar conmigo mi
horóscopo fatal.
y al mundo
me encadenan y me unen mas a
ti?
En mi rostro enflaquecido
Si me da calor tu
aliento
siento el suyo terso y suave
cuando el frío de la
muerte
como del cisne el plumón
siento, en mis venas serpear;
y sus labios pegados a mi
oído
si mi rostro abatido y
macilento
inundan de esperanza mi
yerto corazón.
a fuerzas de caricias
consigues reanimar?
Con cuanto placer le miro
Tú no quieres
hija mía,
ir y venir, noche y día
separarte de mi lado
y siento el revolotear
y no me dejas partir,
de sus alas de púrpura y
zafiro
pues si miro, al entrar en la
agonía,
cual linda mariposa en torno
del hogar.
tu rostro idolatrado, jamás podré morir.
En medio de mis dolores
aún me siento venturosa
pues donde el ángel está
Cienfuegos, 1874
hay músicas, perfumes,
brisas, flores,
blancuras inefables, inmensa
claridad.
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Esta última poesía, escrita en el
año de su muerte, nos sigue mostrando la terrible
preocupación que encerraba en su alma, al dejar a sus
tres pequeños hijos y sobre todo a su hija Luisa de
apenas 15 años de edad sin el amparo de una
madre. En aquella
reducida, pero hospitalaria sociedad de Santa Isabel de
las Lajas, pasó sus últimos días, llorando sin
consuelo, lo irreparable. Ursula muere el 2 de noviembre
de 1874, en ese lugar.
Al inicio de la República de Cuba en 1902, los
socios del Liceo Santa Isabel promovieron en toda la
Isla, una suscripción pública para que con su producto
se levantara un hermoso monumento funerario en aquel
pueblo agradecido.
En el se destacan, en piedra, unos significativos versos
de ella misma y que corresponden a la parte final de su
poesía El Cementerio de La Habana, escrita
10 años atrás y que dice:
...yo
no quiero en mi cuerpo más que tierra
empapada en el llanto de mis hijos,
un árbol y una flor!
Dejó además al ocurrir su fallecimiento varias
poesías y trabajos inéditos, con los que podría
formarse un abultado trabajo. De éstos y en un volumen
póstumo denominado "Cantos Postreros, su esposo
hizo una reducidísima edición.
El trabajo literario de Ursula, salvo el
prólogo de Carlos Manuel de Céspedes y las
publicaciones que hizo para muchos diarios de su país y
algunos del extranjero, como fue "La Moda
Elegante" de Cádiz en España y algunos diarios de
México, no tuvo el debido reconocimiento en vida de la
poetisa.
Enrique José Barona dice de ella:
"¿Quién ha sido más espiritualmente material
que Ursula Céspedes, cantora de todos los amores, y,
sobre todo, del puro y sacrosanto amor maternal, en sus
esperanzas, en sus temores, en sus ilusiones, en sus
angustias, en sus crisis supremas, hasta en el paroxismo
de la muerte?
En el año de 1948, la Dirección de Cultura del
Ministerio de Educación del Gobierno de Cuba, reconoce
el valer de esta excepcional mujer y edita el libro
"Poesías", con Prólogo de Jun J. Remos, en el
cuál se describe su vida y se muestran las mejores de
sus poesías.
AÑO DE 1883
Al devolverles los bienes confiscados en 1868,
la familia Céspedes Orellano hace el reparto de bienes
de Don Manuel de Céspedes y Barrero (tatarabuelo) entre
su esposa Doña Bárbara Orellano Vda. De Céspedes y sus
9 hijos de los cuales solamente vivían 3 en ese año,
José María, Gertrudis y la bisabuela Antonia.
Los demás hijos
ya fallecidos, Ursula, Digna, Leonardo, Miguel, Manuel y
Francisca, fueron representados por sus herederos
legales. La escritura fue firmada por José Maria, el 20
de abril de 1883
En ese mismo año
José María publica su libro "La Doctrina
Monroe"
AÑO DE 1894
José María publica
su libro "Elementos de Derecho Natural"
AÑO DE 1895
José María publica
su libro "Discursos, Estudios y Artículos",
último de la serie
AÑO DE 1911
Muere Don José
María Céspedes y Orellano
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Esta
síntesis de la vida de Ursula Céspedes Orellano,
escrita por Manuel Aguirre, se terminó de escribir el 20
de octubre de 2000.
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Agradezco a mi hija
Maribel por haber sido ella quién localizó la primera
biografía de Ursula Céspedes en un Diccionario
Enciclopédico del ITESM, Campus Querétaro.
Posteriormente mi cuñado Héctor Galán logró obtener
una copia del libro "Poesías" publicado por el
Ministerio de Educación del Gobierno de Cuba en 1948,
mismo que sirvió de base para sintetizar la información
aquí descrita. No debo dejar de mencionar que el
documento notarial de la División de Bienes de Don
Manuel Céspedes y Barrero de 1883, en el que se
registran los nombres de todos los hermanos y sus
herederos, lo obtuvo mi hermana Elsa Aguirre de la famosa
"caja negra" que guardaban las tías Aguirre
Betancourt con tanto esmero. Muchas gracias a todos, pues
de no ser por ustedes nunca habríamos sabido nada de
nuestra, al menos para mí, muy querida Ursula. Con sus
poesías me ha hecho vivir intensamnete la pena que
vivieron nuestros tatarabuelos y transitar con ella en
sus días felices disfrutando de la vida al aire libre de
esa bella tierra cubana y al final sus tristes y
desesperadas horas de lucha contra la adversidad.
MAB.
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